jueves, 29 de marzo de 2012

-Bob Marley.

Ella no es perfecta, tú tampoco lo eres, y ninguno de los dos probablemente lo seréis. Pero si ella puede hacerte reír al menos una vez, te hace pensar dos veces. Si admite ser humana y cometer errores, no la dejes ir y dale lo mejor de ti. Ella no va a recitarte poesía. No está pensando en ti en todo momento, pero te dará una parte de ella, que sabe que podrías romper. No le hagas daño, no la cambies y no esperes de ella más de lo que puede darte. Sonríe, cuando te haga feliz, grita cuando te haga enfadar y échala de menos cuando no esté. Ama con todo tu ser cuando recibas amor. Porque no existen las chicas perfectas, pero siempre habrá una chica perfecta para ti.

martes, 27 de marzo de 2012

El amor solo existe para mi y para otras idiotas.


-¿Pero todavía lo quieres? 
+¿Todavía, dices? Pues claro. Cuando dije que lo quería, lo dije de verdad, yo no digo ' te quiero ' así porque sí, y cuando quieres a alguien no lo olvidas en un par de días, ni en un par de meses.Al menos yo no, y me entenderá cualquiera que se haya aferrado a un recuerdo, cualquiera que le haya puesto la misma cara a una canción durante meses y meses, que haya pasado alguna que otra noche en vela, que haya mirado las fotos de esa persona y se haya puesto a sonreír. Me entenderá cualquiera que se haya enamorado de verdad.

Cuando nada te emociona, cuando nadie logra hacerte sonreír, cuando nada te parece suficiente o todo comienza a sobrar a tu alrededor. Cuando vas echando de más lo que un día echaste de menos, o cuando crees que ya no tienes tanto que perder. Cuando te vas a dormir sin haber aprendido nada nuevo, o sin un momento que merezca la pena ser recordado, cuando los días van pasando o cuando te agobias en la misma rutina de siempre. Cuando ni la música te entiende y cuando sientes que estas perdiendo el tiempo.

Cuando te encuentres ante dos opciones y tengas que elegir, simplemente lanza una moneda al aire.



 Es un truco que siempre funciona, y no sólo porque por fuerza te saca de dudas, sino porque en ese breve momento en el que la moneda está en el aire de repente sabes qué cara quieres que salga.